¿Cree la Iglesia en el Big Bang?
El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC # 286): "La inteligencia humana puede ciertamente encontrar por sí misma una respuesta a la cuestión de los orígenes. En efecto, la existencia de Dios Creador puede ser conocida con certeza por sus obras, gracias a la luz de la razón humana, aunque este conocimiento es con frecuencia oscurecido y desfigurado por el error. Por eso la fe viene a confirmar ya esclarecer la razón para la justa inteligencia de esta verdad: 'Por la fe, sabemos que el universo fue formado por la Palabra de Dios, de manera que lo que se ve resultase de lo que no aparece". (Hb.11,3)"
Creemos que Dios creó el mundo según Su sabiduría. No es producto de una necesidad cualquiera, de un destino ciego o del azar. Creemos que procede de la voluntad libre de Dios que ha querido hacer participar a las criaturas de su ser, de su sabiduría y de su bondad. (CIC #295)
Creemos que Dios no necesita nada preexistente ni ninguna ayuda para crear. (CIC #296)
Realizada la Creación, Dios no abandona su criatura a sí misma. No solo le da el ser y el existir, sino que la mantiene a cada instante en el ser, le da el obrar y la lleva a su término. Reconocer esta dependencia completa con respecto al Creador es fuente de sabiduría y de libertad, de gozo y de confianza. (CIC #301)
El Curso de Teología Dogmática (Arce & Sada, 1999):
La creación es un acto exclusivo de Dios. En efecto, el paso de la nada al ser exige poder infinito.
Esto se comprende con un ejemplo: Para realizar una buena comida necesito los ingredientes. Si tengo poca capacidad como cocinero necesito buenos y adecuados ingredientes. Sin embargo, al ir disminuyendo el número de los ingredientes requiero de una mayor capacidad culinaria para hacer una buena comida. Es decir, a menor materia disponible, se requiere mayor capacidad en el agente. Pero aunque sea expertísimo el cocinero, sin ningún ingrediente jamás podrá hacer una comida.
Límites para nuestro entendimiento de la creación:
Es un acto infinito
No tenemos ningún ejemplo de ella, ya que toda la actividad del hombre se reduce a transformar la materia ya existente.
Respecto a la materia, se puede admitir que una vez creada, puede haber evolución fruto de las causas naturales, pero estas son queridas y gobernadas por Dios mismo.
Respecto a la vida, es necesario admitir la intervención directa de Dios, para la creación de las primeras especies.
Respecto al hombre, se debe admitir la intervención directa de Dios para la creación de su alma y para la formación de su cuerpo.
Por último, el evolucionismo absoluto, según el cual una materia eterna, no creada por Dios, da origen espontáneamente y sin intervención de Dios a la vida de las plantas, a la sensibilidad de los animales y a la inteligencia del hombre, es una teoría materialista y errónea, que va a un mismo tiempo contra la razón y la fe.
La ciencia y el relato bíblico están de acuerdo en los puntos fundamentales, en especial estos tres:
a) El mundo no es eterno.
b) El mundo fue formado sucesivamente.
c) Aparecieron primero los seres inferiores y después los superiores; primero la materia, luego las plantas, los animales y por fin el hombre.
Bibliografía:
Catecismo de la Iglesia Católica. Segunda Edición. Libreria Editirice Vaticana, 1997.
Curso de Teología Dogmática (Arce & Sada, 1999).
jueves, 16 de agosto de 2007
Creación del Universo
Publicado por Julio Duran en 14:22
Etiquetas: Apologética
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