viernes, 17 de agosto de 2007

Sacristía



La sacristía es, en las iglesias cristianas occidentales, una habitación en la que se guardan los objetos que son necesarios para la misa, como por ejemplo hostias sin consagrar, cálices, casullas, etc, por lo que suele estar cerrada al público. En especial es empleado por el párroco y demás oficiantes como lugar para realizar las preparaciones necesarias y para cambiarse antes y después de la misa. La sacristía está habitualmente al cargo de un sacristán.
El registro parroquial se conserva a menudo en la sacristía.
Las sacristías tienen habitualmente una pileta especial, el sacrarium, cuyo desagüe va directamente al suelo. Esta pileta se emplea para lavar los lienzos empleados durante la celebración de la misa y otros elementos empleados durante la comunión.
Normalmente está situada dentro de la iglesia, pero puede encontrarse en una anexo o en un edificio separado (como en algunos monasterios). En la mayoría de las iglesias antiguas la sacristía se encuentra cerca de uno de los retablos laterales o más habitualmente detrás o al lado del retablo mayor. En iglesias más modernas la sacristía se encuentra a menudo en otro lado, como la entrada de la iglesia.
Algunas iglesias poseen más de una sacristía, cada una de las cuales tendrá una función específica. A menudo las sacristías adicionales son empleadas para el mantenimiento de la iglesia y sus objetos, como velas, etc.
En las iglesias cristianas de oriente, se emplea la parte de la iglesia donde se encuentra el altar, separada por el Ikonostasis, por lo que no existe la sacristía como tal.

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