A la Biblia Protestante le faltan libros
En el 1534, Martín Lutero tradujo la Biblia al alemán. Pero no le gustaban los últimos siete libros del A.T. porque estos contradecían sus nuevas doctrinas. Lutero optó por el canon de Jamnia que los judíos habían establecido para distanciarse del cristianismo. Lo prefirió al canon que Jesús, los Apóstoles y la Iglesia desde el principio había reconocido (ver arriba). Agrupó los libros que quitó de la Biblia bajo el título de "apócrifos", señalando: "estos son libros que no se tienen por iguales a las Sagradas Escrituras y sin embargo son útiles y buenos para leer".
Por ejemplo, Lutero quitó de la Biblia los libros de Macabeos. Estos contienen una de las bases bíblicas para la doctrina del purgatorio: 2 Macabeos 12, 43-46. Este pasaje da por supuesto que existe una purificación después de la muerte.
(Judas Macabeo) efectuó entre sus soldados una colecta... a fin de que allí se ofreciera un sacrificio por el pecado... Pues... creían firmemente en una valiosa recompensa para los que mueren en gracia de Dios... Ofreció este sacrificio por los muertos; para que fuesen perdonados de su pecado.
Lutero dice que no pertenece a la Biblia. Sin embargo Hebreos 11,35 (Nuevo Testamento) hace referencia a 2 Macabeos:
"Unos fueron torturados, rehusando la liberación por conseguir una resurrección mejor"
Los únicos en el Antiguo Testamento a quienes se aplica este pasaje es a los mártires macabeos, que fueron torturados por conseguir la resurrección (2 Mac. 7:11, 14, 23, 29, 36).
Lamentablemente Lutero propagó sus errores junto con su rebelión. Es por eso que a la Biblia Protestante le faltan 7 libros del AT. Los consideran libros "apócrifos".
Tobías
Judit
Ester (protocanónico con partes deuterocanónicas)
Daniel (protocanónico con partes deuterocanónicas)
I Macabeos
II Macabeos
Sabiduría
Eclesiástico (también llamado "Sirac")
Baruc
Lutero no solo eliminó libros del Antiguo Testamento sino que hizo cambios en el Nuevo Testamento para adaptarlo a su doctrina.
Martín Lutero había declarado que la persona es justifica solo por la fe, entendiendo la fe como una declaración legal sin necesidad de obrar en el amor. Según el todas las doctrinas deben basarse solo en la Biblia, pero la Biblia según la acomoda e interpreta. Llegó incluso a añadir la palabra "solamente" después de la palabra "justificado" en su traducción alemana de Romanos 3, 28. Se refirió a la epístola de Santiago como epístola "de paja" porque en ella Santiago dice explícitamente: "Veis que por las obras se justifica el hombre y no sólo por la fe".
Lutero además se tomó la libertad de separar los libros del Nuevo Testamento de la siguiente manera:
Libros sobre la obra de Dios para la salvación: Juan, Romanos, Gálatas, Efesios, I Pedro y I Juan
Otros libros canónicos: Mateo, Marcos, Lucas, Hechos, el resto de las cartas de Pablo, II Pedro y II de Juan
Los libros no canónicos: Hebreos, Santiago, Judas, Apocalipsis y libros del Antiguo Testamento.
Gracias a Dios, los Protestantes y Evangélicos tienen los mismos libros que los católicos en el Nuevo Testamento porque no aceptaron los cambios de Lutero para esta parte del canon. Pero se encuentran en una posición contradictoria: Reconocen el canon establecido por la Iglesia Católica para el Nuevo Testamento (los 27 libros que ellos tienen) pero no reconocen esa misma autoridad para el canon del AT.
Es interesante notar que la Biblia Gutenberg, la primera Biblia impresa, es la Biblia latina (Vulgata), por lo tanto, contenía los 46 libros del canon alejandrino.
El reformador español, Casiodoro de Reina, respetó el canon católico de la Biblia en su traducción, la cual es considerada una joya de literatura. Pero luego Cipriano de Valera quitó los deuterocanónicos en su versión conocida como Reina-Valera.
Posición de la Iglesia Anglicana
Según los 39 Artículos de Religión (1563) de la Iglesia de Inglaterra, los libros deuterocanónicos pueden ser leídos para "ejemplo de vida e instrucción de costumbres", pero no deben ser usados para "establecer ninguna doctrina" (Artículo VI). Consecuentemente, la Biblia, versión "King James" (1611) contenía estos libros entre el N.T. y el A.T. Pero Juan Lightfoot (1643) criticó este orden alegando que los "malditos apócrifos" pudiesen ser así vistos como un puente entre el A.T. y el N.T. La Confesión de Westminster (1647) decidió que estos libros, "al no ser de inspiración divina, no son parte del canon de las Escrituras y, por lo tanto, no son de ninguna autoridad de la Iglesia de Dios ni deben ser en ninguna forma aprobados o utilizados mas que otros escritos humanos."
Los Concilios modernos confirman el Canon
La Iglesia Católica, fiel a la encomienda del Señor de enseñar la verdad y refutar los errores, definió solemnemente, en el Concilio de Trento, en el año 1563, el canon del Antiguo Testamento con 46 libros siguiendo la traducción griega que siempre habían utilizado los cristianos desde el tiempo apostólico. Enseñó que los libros deuterocanónicos deben ser tratados "con igual devoción y reverencia". Esto fue una confirmación de lo que la Iglesia siempre enseñó. Esta enseñanza del Concilio de Trento fue una vez mas confirmada por el Concilio Vaticano I y por el Concilio Vaticano II (Constitución Dogmática Dei Verbum sobre la Sagrada Escritura). El Catecismo de la Iglesia Católica reafirma la lista completa de los Libros Sagrados, incluyendo los deuterocanónicos.La Biblia es un regalo del Señor presentado como obra terminada a través de un largo proceso en el que el Espíritu Santo ha guiado a la Iglesia Católica a la plenitud de la verdad. Por la autoridad de la Iglesia se establece el canon definitivo.
Ante los que quieren introducir libros en el Canon, por ejemplo, el "Evangelio de Judas", los protestantes mas conocedores han tenido que recurrir a la autoridad de la Iglesia Católica para declarar que el canon de las Escrituras ha sido fijado en los Concilios del siglo IV y no se puede cambiar. Es la Iglesia -guiada por el Espíritu Santo- la que estableció el Canon.
En el 1534, Martín Lutero tradujo la Biblia al alemán. Pero no le gustaban los últimos siete libros del A.T. porque estos contradecían sus nuevas doctrinas. Lutero optó por el canon de Jamnia que los judíos habían establecido para distanciarse del cristianismo. Lo prefirió al canon que Jesús, los Apóstoles y la Iglesia desde el principio había reconocido (ver arriba). Agrupó los libros que quitó de la Biblia bajo el título de "apócrifos", señalando: "estos son libros que no se tienen por iguales a las Sagradas Escrituras y sin embargo son útiles y buenos para leer".
Por ejemplo, Lutero quitó de la Biblia los libros de Macabeos. Estos contienen una de las bases bíblicas para la doctrina del purgatorio: 2 Macabeos 12, 43-46. Este pasaje da por supuesto que existe una purificación después de la muerte.
(Judas Macabeo) efectuó entre sus soldados una colecta... a fin de que allí se ofreciera un sacrificio por el pecado... Pues... creían firmemente en una valiosa recompensa para los que mueren en gracia de Dios... Ofreció este sacrificio por los muertos; para que fuesen perdonados de su pecado.
Lutero dice que no pertenece a la Biblia. Sin embargo Hebreos 11,35 (Nuevo Testamento) hace referencia a 2 Macabeos:
"Unos fueron torturados, rehusando la liberación por conseguir una resurrección mejor"
Los únicos en el Antiguo Testamento a quienes se aplica este pasaje es a los mártires macabeos, que fueron torturados por conseguir la resurrección (2 Mac. 7:11, 14, 23, 29, 36).
Lamentablemente Lutero propagó sus errores junto con su rebelión. Es por eso que a la Biblia Protestante le faltan 7 libros del AT. Los consideran libros "apócrifos".
Tobías
Judit
Ester (protocanónico con partes deuterocanónicas)
Daniel (protocanónico con partes deuterocanónicas)
I Macabeos
II Macabeos
Sabiduría
Eclesiástico (también llamado "Sirac")
Baruc
Lutero no solo eliminó libros del Antiguo Testamento sino que hizo cambios en el Nuevo Testamento para adaptarlo a su doctrina.
Martín Lutero había declarado que la persona es justifica solo por la fe, entendiendo la fe como una declaración legal sin necesidad de obrar en el amor. Según el todas las doctrinas deben basarse solo en la Biblia, pero la Biblia según la acomoda e interpreta. Llegó incluso a añadir la palabra "solamente" después de la palabra "justificado" en su traducción alemana de Romanos 3, 28. Se refirió a la epístola de Santiago como epístola "de paja" porque en ella Santiago dice explícitamente: "Veis que por las obras se justifica el hombre y no sólo por la fe".
Lutero además se tomó la libertad de separar los libros del Nuevo Testamento de la siguiente manera:
Libros sobre la obra de Dios para la salvación: Juan, Romanos, Gálatas, Efesios, I Pedro y I Juan
Otros libros canónicos: Mateo, Marcos, Lucas, Hechos, el resto de las cartas de Pablo, II Pedro y II de Juan
Los libros no canónicos: Hebreos, Santiago, Judas, Apocalipsis y libros del Antiguo Testamento.
Gracias a Dios, los Protestantes y Evangélicos tienen los mismos libros que los católicos en el Nuevo Testamento porque no aceptaron los cambios de Lutero para esta parte del canon. Pero se encuentran en una posición contradictoria: Reconocen el canon establecido por la Iglesia Católica para el Nuevo Testamento (los 27 libros que ellos tienen) pero no reconocen esa misma autoridad para el canon del AT.
Es interesante notar que la Biblia Gutenberg, la primera Biblia impresa, es la Biblia latina (Vulgata), por lo tanto, contenía los 46 libros del canon alejandrino.
El reformador español, Casiodoro de Reina, respetó el canon católico de la Biblia en su traducción, la cual es considerada una joya de literatura. Pero luego Cipriano de Valera quitó los deuterocanónicos en su versión conocida como Reina-Valera.
Posición de la Iglesia Anglicana
Según los 39 Artículos de Religión (1563) de la Iglesia de Inglaterra, los libros deuterocanónicos pueden ser leídos para "ejemplo de vida e instrucción de costumbres", pero no deben ser usados para "establecer ninguna doctrina" (Artículo VI). Consecuentemente, la Biblia, versión "King James" (1611) contenía estos libros entre el N.T. y el A.T. Pero Juan Lightfoot (1643) criticó este orden alegando que los "malditos apócrifos" pudiesen ser así vistos como un puente entre el A.T. y el N.T. La Confesión de Westminster (1647) decidió que estos libros, "al no ser de inspiración divina, no son parte del canon de las Escrituras y, por lo tanto, no son de ninguna autoridad de la Iglesia de Dios ni deben ser en ninguna forma aprobados o utilizados mas que otros escritos humanos."
Los Concilios modernos confirman el Canon
La Iglesia Católica, fiel a la encomienda del Señor de enseñar la verdad y refutar los errores, definió solemnemente, en el Concilio de Trento, en el año 1563, el canon del Antiguo Testamento con 46 libros siguiendo la traducción griega que siempre habían utilizado los cristianos desde el tiempo apostólico. Enseñó que los libros deuterocanónicos deben ser tratados "con igual devoción y reverencia". Esto fue una confirmación de lo que la Iglesia siempre enseñó. Esta enseñanza del Concilio de Trento fue una vez mas confirmada por el Concilio Vaticano I y por el Concilio Vaticano II (Constitución Dogmática Dei Verbum sobre la Sagrada Escritura). El Catecismo de la Iglesia Católica reafirma la lista completa de los Libros Sagrados, incluyendo los deuterocanónicos.La Biblia es un regalo del Señor presentado como obra terminada a través de un largo proceso en el que el Espíritu Santo ha guiado a la Iglesia Católica a la plenitud de la verdad. Por la autoridad de la Iglesia se establece el canon definitivo.
Ante los que quieren introducir libros en el Canon, por ejemplo, el "Evangelio de Judas", los protestantes mas conocedores han tenido que recurrir a la autoridad de la Iglesia Católica para declarar que el canon de las Escrituras ha sido fijado en los Concilios del siglo IV y no se puede cambiar. Es la Iglesia -guiada por el Espíritu Santo- la que estableció el Canon.
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